Hace 12 años, este corredor cambió los paisajes esmeraldas del norte de Galicia por los contrastes jaraneros de la capital, en una aventura que pronto adquirió una tonalidad que nunca esperó, dándole a su vida la luz que necesitaba para volver a despertar su lado más apasionado. Os presentamos a Eliseo López. O, como todos le conocemos, Eli.
Eli llegó a Madrid sin haberse calzado unas zapatillas de running antes. Botas de fútbol, sí. E incluso durante muchos años practicó el fútbol sala. Pero unas buenas zapas para conquistar kilómetros… Eso nunca. Pero, aquellos que corréis, bien sabéis que solo hace falta una línea de salida para “coger el gustillo” a este deporte. Y así empezó Eli, con un 5K que pronto se convirtieron en muchos 10K, unas cuantas medias y… Ahora sus piernas y su corazón tienen un nuevo objetivo: los 42K del EDP Rock ‘n’ Roll Running Series Madrid.
“Creo que esa mezcla de poder y sufrimiento cada vez que me enfrentaba a una distancia mayor es lo que me hizo engancharme. Mi fuerza interior cada vez era más intensa, al igual que las ganas de alcanzar nuevos objetivos”.
Una de las cosas que le anima a seguir superándose es el amor de su hija y su cara de orgullo cada vez que llegaba a casa con medalla en mano. Esa pequeña sonrisa de felicidad que se traduce en: “Este logro es nuestro, papá”. Y no hacen falta más palabras, ni fuente de motivación más grande. Tal es así, que Eli estaba empezando a prepararse para la distancia reina cuando conoció el Mapoma Run Center y al equipazo que tenemos. Sin dudarlo, quiso formar parte de él. Porque Eli sueña a lo grande, pero con los pies en la tierra. Y sabe que el camino para alcanzar sus objetivos solo se disfruta si confías en los profesionales y lo compartes con gente que suma. Y así, sin darse cuenta, sus ganas, su rendimiento y su satisfacción personal crecieron como la espuma. ¿La fórmula mágica? Disciplina, sacrificio, un poco de “salseo” y diversión. Así se conquistan metas. En el running y en la vida.
“Correr no es solo correr, y gracias a los Mapoma Runners descubrí que el trabajo en equipo es fundamental. No solo tienes al lado a un grupo que te arropa, también aprendes mucho de cada uno de ellos”.
Pero no es sorpresa para nadie que a veces estas motivaciones surgen de palos que nos da la vida. Tras un duro golpe familiar, Eli se replanteó el sentido de todo. Lo primero, la importancia de tener cerca a aquellos a los que amas. Y lo segundo, a exprimir cada segundo. Porque ese jugo es el que nos hace libres, nos hace fuertes, nos hace capaces. Y, gracias al running, aprendió a beberse la vida disfrutando de cada sorbo. Porque si la vida es corta, mejor disfrutarla con un buen vino y siempre pedir postre. Gracias Eli por enseñarnos esa lección. A vivir, feliz con lo que tienes, feliz con lo que eres. No dejes nunca de contagiar esa pasión y sigue corriendo tras tus sueños. Nosotros, mientras tanto, te acompañaremos en el camino.
PD: Podéis seguir las aventuras de Eli a través de su Instagram @elidelacarry